PROLOGO

24.08.2015 19:01

Formar parte de la Comisión Directiva de la Vecinal del Barrio conjuga un abanico de sensaciones, en parte el orgullo por poder representarla, el desafío que ello implica, el compromiso para con la tarea asumida y la entrega permanente con el único propósito de sacar adelante a esta institución tan querida y reconocida en nuestro barrio.
Uno de los objetivos básicos de nuestra gestión, y que se está logrando, es abrir las puertas de la entidad, devolverle la vida que había perdido, que los vecinos la sienta suya y puedan disfrutarla a través de la multiplicidad de actividades que en ella se ofrecen.
También es importante reconocer que las instituciones intermedias deben recuperar el rol para el cual fueron creadas, ser espacios de participación, convertirse en nexo entre los reclamos de los vecinos y los entes gubernamentales u otras asociaciones para crear verdaderas redes sociales.
Es de destacar que estos desafíos no se emprenden en forma personal, sino que existe un grupo de trabajo, una suma de voluntades de muchas personas que a diario entregan su tiempo, su esfuerzo y su dedicación para que las cosas salgan lo mejor posible.
Y los resultados están a la vista, una vecinal dinámica, con mucho movimiento de niños, jóvenes, adultos que hoy se sienten atraídos y quieren formar parte de ella. De este modo queda la sensación de que parte de la tarea ya está cumplida, devolverle a la institución algo de lo mucho que ella nos ofreció cuando éramos chicos.
Asumir compromisos y mantenerlos en el tiempo no es fácil, sin embargo cuando se recibe el agradecimiento, cuando se ve que los objetivos se cumplen en forma paulatina, sin prisa pero sin pausa…uno puede concluir en que “cuando se quiere…se puede”.